domingo, 4 de junio de 2017

El Arbol de la Vida


Arbol de la Vida de Marcela Cárdenas.
                                            

 Un partido de fútbol (*), portada de periódicos. Un atentado múltiple, una pequeña reseña en un rincón. El "cambio climático" no es prioritario;
sí la manufacturación, el control del poder y el "crecimiento" económico.
¡Para lo que me queda en el convento, me cago dentro!. Se corta un árbol porque cuesta mucho tiempo y esfuerzo barrer sus hojas. "Pongo tres sombrillas y se acabó el problema". Se denuncian entre sí las "diferentes medicinas" pero solo unas son juzgadas (**) por las instituciones y los micrófonos. La política y la justicia se "atornillan" en el fango mientras los medios de "comunicación" miran desde la grada excitados. ¡A ver si dejas de dar "el coñazo" con tus rarezas, "hija", porque no hay quien te entienda!. ¡Las personas somos lo más importante!. ¿Qué clase de prioridades tienes en la vida?. Me pides ayuda, interrumpes "mi viaje" y perturbas "mi tranquilidad". ¡Qué inconsciencia!.

 Cuando el que sufre y el que alivia ríen juntos. Cuando el que ríe, ríe, 
                                     para olvidar al que sufre (***).


          -Extracto de una vida, al parecer, ridícula y sin mucho sentido-


                                                          RSB



(*) el haber practicado deporte de alta competición durante quince años creo que me da la suficiente fuerza moral para decir que el sacrificio, la gratificación y el aprendizaje que el deporte puede aportar a tu vida solo puede ser percibido y recibido por aquel que lo practica. Negocio, "distracción" y "orgullo patriótico" -aunque sí de equipo, de aquellos que luchaban codo con codo conmigo- no son términos que yo asociaría a mi experiencia en el deporte. 

(**) existe el libre albedrío en la vida de la persona adulta (o supuestamente adulta) -dentro de la limitada libertad que pueda ofrecer cada situación-, existe la experiencia personal -diferente e intransferible- y existen el fracaso, la enfermedad y la muerte como etapas naturales del vivir. Solo como recordatorio. El dolor, la frustración y la sensación de haber experimentado "una injusticia" pueden generar intensos sentimientos de ira y culpabilidad contra uno mismo y contra "el mundo". También como recordatorio. Se puede tratar de aliviar o se puede echar más leña al fuego manipulando la situación en beneficio propio. Quizás los poderes políticos, económicos, religiosos y "el cuarto poder" imperantes en el mundo hasta el día de hoy puedan aportar también su más que dilatada experiencia al respecto. 

(***) el que sufre dentro y el de fuera.